Las opiniones expresadas por los contribuyentes empresariales son propias.
Como alguien que habla regularmente con los CEO sobre sus industrias, caminos y filosofías, se destacó mi conversación con Jon Yaged, CEO de Macmillan. No se trataba solo de libros o de publicación, se trataba de valores, cultura y el papel de los líderes empresariales en un momento de fricción social.
Lo que me sorprendió no fue la pasión de Jon por la literatura, eso se esperaba, sino cuán sinceramente habló sobre los desafíos que enfrenta Macmillan en un mundo donde los libros están siendo prohibidos.
La prohibición de los libros puede sonar como una reliquia, pero como explicó Jon, es un problema creciente. Las escuelas y bibliotecas de todo el país están bajo presión para eliminar libros que abordan la raza, el género y la identidad. Para Macmillan, uno de los “cinco grandes” editores estadounidenses, esto no es solo un problema de ventas, es cultural y político. Jon dejó en claro: su papel no es publicar lo que es cómodo, sino lo importante. Y eso viene con el riesgo, especialmente cuando los distribuidores, las escuelas o los gobiernos locales retroceden.
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También discutimos lo que significa ser un CEO en medio de un retroceso cultural. Jon no adopta un enfoque performativo. No trata de ser ruidoso o demasiado pulido sobre los valores de Macmillan. En cambio, se enfoca en escuchar, mantenerse firme y asociarse con aquellos que comparten su misión. Ese tipo de claridad se destacó. El liderazgo no siempre se trata de luchar contra las fuertes batallas, a veces se trata de proteger silenciosamente el espacio para el discurso, con convicción.
Nuestra conversación se convirtió en IA y su impacto en la publicación. La opinión de Jon era pragmática: use AI para racionalizar las operaciones, mejorar la accesibilidad y los editores de soporte, no reemplazarlos. No era demasiado optimista o alarmista, simplemente vio a la IA como una herramienta que necesita un manejo reflexivo. Para una industria a menudo vista como tradicional, Macmillan aparece con visión de futuro, sin perder su alma editorial.
Hay algo aquí para los líderes en cualquier industria. Jon está navegando por una empresa en la intersección de la cultura, la política y la innovación. No está liderando con miedo o distracción, está liderando con claridad. ¿Cuál es la misión? ¿A quién estamos sirviendo? ¿Dónde podemos evolucionar sin comprometer nuestros principios? Esas son preguntas que vale la pena hacer, ya sea que esté publicando o ejecutando una startup de tecnología.
Lo que tomé de esta entrevista fue una comprensión más profunda de cómo se cruzan el liderazgo y la cultura. Jon Yaged no está tratando de hacer un espectáculo de la postura de Macmillan: está trabajando para mantener las luces encendidas para escritores e historias que importan. Y en un momento en que dominan la polarización y el ruido, esa resolución silenciosa causó una impresión duradera.
Como alguien que habla regularmente con los CEO sobre sus industrias, caminos y filosofías, se destacó mi conversación con Jon Yaged, CEO de Macmillan. No se trataba solo de libros o de publicación, se trataba de valores, cultura y el papel de los líderes empresariales en un momento de fricción social.
Lo que me sorprendió no fue la pasión de Jon por la literatura, eso se esperaba, sino cuán sinceramente habló sobre los desafíos que enfrenta Macmillan en un mundo donde los libros están siendo prohibidos.
La prohibición de los libros puede sonar como una reliquia, pero como explicó Jon, es un problema creciente. Las escuelas y bibliotecas de todo el país están bajo presión para eliminar libros que abordan la raza, el género y la identidad. Para Macmillan, uno de los “cinco grandes” editores estadounidenses, esto no es solo un problema de ventas, es cultural y político. Jon dejó en claro: su papel no es publicar lo que es cómodo, sino lo importante. Y eso viene con el riesgo, especialmente cuando los distribuidores, las escuelas o los gobiernos locales retroceden.
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