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En mi conversación con Ben Goodwin, CEO de Olipop, una cosa estaba inmediatamente clara: su visión se extiende mucho más allá de vender bebidas. A diferencia de muchos ejecutivos que heredan los roles de liderazgo, Ben es tanto el formulador como la fuerza impulsora detrás de la misión de la marca. Ben mostró una dedicación para crear una alternativa de refrescos más saludable y quería cambiar los hábitos de los consumidores y mejorar la salud pública. Ese tipo de compromiso es raro en la industria, y es fascinante ver cómo Olipop ha forjado un espacio en un mercado dominado por gigantes como Coca -Cola y Pepsi.
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Uno de los aspectos más llamativos de nuestra discusión fue el énfasis de Ben en la autenticidad en el desarrollo de productos. Personalmente elabora cada sabor de Olipop, asegurando que cada SIP entregue nostalgia y alegría mientras mantiene un perfil consciente de la salud. A diferencia de la mayoría de las principales compañías de bebidas que subcontratan la formulación de grandes casas de sabor, Ben todavía opera desde su propio laboratorio, algo casi desconocido en una compañía valorada en $ 1.8 mil millones. Su enfoque práctico garantiza que la calidad de Olipop permanezca sin compromisos a medida que la compañía escala, un desafío con el que luchan muchas marcas cuando crecen demasiado rápido.
Otra conclusión clave que tuve fue la dificultad de irrumpir en la industria de las bebidas. Ben lo describió como “negocio en modo experto”, y tiene razón. Con altos costos de distribución, márgenes delgados de afeitar y competencia cuthroat, es una industria donde solo el 0.4% de las marcas cruzaron la marca de ingresos de $ 10 millones. Sin embargo, Olipop no solo ha superado esas probabilidades, sino que ha seguido duplicando sus ventas año tras año. El desafío ahora es mantener ese impulso mientras se mantiene fiel a la misión de la compañía y evita las dificultades que a menudo vienen con una rápida expansión.
Más allá de la estrategia comercial, me sorprendió la resistencia de Ben. Habló abiertamente sobre empresas anteriores que no funcionaron, pero en lugar de alejarse, se duplicó y tomó otra oportunidad. Ese tipo de mentalidad es lo que separa a los buenos empresarios de los grandes. Entiende que el éxito en los negocios, especialmente en una industria tan desafiante como las bebidas, requiere un profundo pozo de pasión y perseverancia. Su capacidad para recuperarse, refinar su visión y construir algo aún mayor es un testimonio de su liderazgo y creencia en lo que está creando.
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En última instancia, mi mayor pregunta que sale de esta entrevista es: ¿podría Olipop redefinir los refrescos tal como la conocemos? Con las tendencias de salud del consumidor que se alejan de los refrescos tradicionales y lejos del consumo innecesario de azúcar, es completamente posible que Olipop, o marcas como esta, se hagan cargo del espacio dominado por las compañías de bebidas heredadas. El enfoque de Ben, equilibrando la innovación con la autenticidad, lo pone en una posición privilegiada para hacer realidad esa visión. El tiempo lo dirá, pero si los últimos cinco años son una indicación, el viaje de Olipop recién está comenzando.